miércoles, 29 de agosto de 2012

La palabra de moda

Me enamoré de unos colochos...

Son caramelo de día y coñac de noche.

Nunca reclaman, son sabios y escuchan desde el corazón.

Bailan como quién respira en París.

Son suaves y lloran en intervalos. 

Me enamoré de unos colochos, un tanto tímidos,

pero cuentan historias que enamoran, pero no cualquiera... o al menos eso espero yo. 


*Ningún verbo en pasado fue herido durante el proceso de creación, únicamente evolucionaron al presente continuo*

lunes, 20 de agosto de 2012

Femmes que je...

De vez en cuando me hago falta.
Estar obligada a manejarme en dos dimensiones,
me quita parte de mi autenticidad.
Me confunden las verdades que debo callar.

Contradecirse una y otra vez, sin saber el daño al esternón que estoy causando.
Una montaña rusa de sentimientos,
no fijo uno solo que en un par de horas tendré que detenerlo.

Me reprendo a mi misma, reprendo todo miedo por alcanzar un equilibrio total.
No se como alguien aún puede confiar en mi, en mi palabra, en lo que dicen mis ojos.
Me engaño a diario y aunque dejé de creer en mis alrededores,
no puedo soportar aquella palabra que la gente dice en voz baja,
quisiera llamarle palabra, adjetivo, o un sustantivo, pero no, es solo un susurro,
es aquello que soy pero la gente no se atreve a pronunciar.
No lo puedo soportar.



miércoles, 8 de agosto de 2012

Dramaturgia de Objetos

Sabes? El sofá pregunta por vos.
Es como si los objetos comenzaran a tener memoria.
Es como si la memoria fuera la misma del corazón.

Si no estás cerca empieza a reclamar.
Yo me conformo con recordar tu ojos y tu sonrisa,
pero quién no anhela en compartir miradas y risas en un estado permanente?

Yo soy de las que guardan texturas con fotografías,
y si te fuera a retratar ocuparía malvaviscos para tus labios,
y la luz del medio día para capturar lo que me dicen tus ojos.

Dejas tu huella en cada lugar que simplemente ya no te puedo ignorar.
Una respiración que no asfixia, y una delicadeza que no confunde.
Todo está tan claro.

Sabes? Ya no temo cuando el sofá y lo demás objetos me hablan de vos.
Parece que los ''te amos'' ya no son suficiente para lo que siento en mi habitación.