Me enamoré de unos colochos...
Son caramelo de día y coñac de noche.
Nunca reclaman, son sabios y escuchan desde el corazón.
Bailan como quién respira en París.
Son suaves y lloran en intervalos.
Me enamoré de unos colochos, un tanto tímidos,
pero cuentan historias que enamoran, pero no cualquiera... o al menos eso espero yo.
*Ningún verbo en pasado fue herido durante el proceso de creación, únicamente evolucionaron al presente continuo*
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