Ocupo gritar y la lengua se me queda corta.
Quise decir aunque sea una palabra pero ya no tengo ni una gota de saliva.
Estoy perpleja y solo quiero respirar.
Todo es tan blanco, no hay colores cuando el corazón palpita directamente en el escenario, cuando no te corresponde asimilar aún.
Hoy me di cuenta que el teatro es cruel porque te abre los ojos.
Así como el teatro nos protege, nos despedaza y nos revuelca ante lo que no queremos ver.
Lo bueno del teatro es que no te abandona.
Siempre va a haber otro ensayo, otra función, otro texto que arreglar
y todo esto me llena lo suficiente para poder caminar.
Lo bueno del teatro es que a pesar de que me revuelque y me enamore al mismo tiempo sabe que nunca me voy a alejar de él.
Estoy suspirando como un idiota.
ResponderEliminarjaja.
Gracias
Jacob