martes, 17 de julio de 2012

11:11


Veo el reloj y casualmente es hora de pedir un deseo.
Debo darme prisa, tan solo tengo menos de un minuto,
para formular mi simple deseo.

Si el mundo de los sueños no tiene dueño,
¿quien me asegura a seguir esperando por algo que no ocurrirá?
¿como se controla la intuición?
¿que medicina existe para el dolor de esternón?

Si Cortazar me oyera sabría que no he cumplido con su tarea.
Pintando caricias, acumulando la sed de tenerte otra vez.
La mismas palabras de ayer dejan de tomar sentido a partir de hoy.

Ya son las 11:12.
No vale la pena, he perdido la fe otra vez.

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