Juan decidió romper la rutina y hacerme caminar un rato.
La jungla de la cuidad sin mapas.
Que sea su sombra y su amuleto.
Que las sonrisas sean compartidas,
y cuando cante me inspire su osadía.
¿Ignorar nuestras
diferencias?
Sí después de que me traigan un whisky doble para poder
verte a los ojos.
Atrás de vos está el silencio, sin sabrosura.
Con cada palabra tuya que me repugna, ya le habría dado
de comer a tantas.
No se quién me tiene a mi tratando de llenar vacíos con
números.
Igual Juan siempre está esperándome cada noche a ver si
llegará el día en que pueda pasar.
Mientras tanto prefiero caminar a solas con mi propio dolor.
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