Yo soy un hombre que se esconde sin un guión.
Creo a partir de una compañera que ya olvide
cual era nuestra relación inicial.
Detrás de la que dicen que es una gran mujer,
vive este hombre sin ganas ni lucha.
Asumo un papel que no me corresponde.
Yo quiero un nuevo objetivo.
Mis acciones no tienen motivo, ni necesidad.
¿Mis emociones? Van ligadas a mis vanas acciones.
En todas se siente ese miedo que le tengo a esa gran
mujer.
Al entrar a estas salas soy yo mismo,
el único lugar donde escapo de mi vaga realidad.
Saco mis sentimientos reprimidos, la incomodidad que
vivo en casa.
No basta oír una simple voz, unos pasos de terror
para atraparme de nuevo, en ese cuerpo que ya no es mío,
esa mente que es dirigida a control remoto, esa ficción
que no disfruto.
¿Y el tabaco? El tabaco es lo menos dañino en mi vida ficticia,
afuera de esta sala que llamo mi realidad.
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